Noviembre ha sido un mes crucial en nuestro desarrollo como empresa y, también, a nivel individual, como profesionales: nuestra actividad ha estado especialmente enfocada a la pobreza energética y otras temáticas de alto impacto social, la posibilidad de colaborar con fundaciones y agentes claves en el campo de la filantropía y el inicio de nuevos proyectos.
Sin ir más lejos, la pobreza energética se ha convertido en uno de los ejes de investigación e innovación dentro de la empresa gracias al trabajo llevado a cabo por nuestra investigadora Rebeca Lucas en el proyecto INVESTSOCIAL, financiado por la AVI (Agencia Valenciana de la Innovación). En un análisis de distintos instrumentos innovadores para la financiación de acciones e intervenciones para la inclusión y calidad de vida de grupos desfavorecidos, la investigadora está profundizando en el conocimiento de los bonos de impacto social, SIBs por sus siglas en inglés, contando con expertos internacionales en la aplicación de estos complejos instrumentos financieros de la talla de Social Finance. En particular, se está estudiando la aplicación de dichos SIBs para cubrir de forma sostenible las intervenciones en Pobreza Energética. El fenómeno complejo y multidimensional que constituye la pobreza energética, así como sus múltiples manifestaciones, implica un marco de visión particularmente amplio: no sólo se considera como tal la situación de deprivación total (por ejemplo, no poder permitirse el uso de calefacción en absoluto), sino todos los niveles intermedios que pudieran llevar consigo endeudamiento, infrautilización del servicio o carencias materiales que permitan un acondicionamiento adecuado de la vivienda, entre otros, lo que supone un reto en el análisis y comprensión del fenómeno. Con ello tenemos un doble objetivo: por un lado aspiramos a conocer mejor otras opciones para garantizar la financiación de intervenciones efectivas, inclusivas y estratégicas para abordar problemas sociales abrumadores del calado de la pobreza energética, mientras pretendemos obtener resultados verdaderamente significativos para las personas, las comunidades, los y las emprendedoras y los órganos de toma de decisiones.
En la línea de buscar el impacto real sobre personas y comunidades, hemos multiplicado nuestra implicación en temáticas relacionadas con la desigualdad social, la violencia de género (y, particularmente, la invisibilizada violencia de género económica y financiera), la comunicación clínica de la salud con colectivos psicosocialmente vulnerables, la educación medioambiental y las oportunidades educativo-laborales de las personas con necesidades educativas especiales.
Debido a este cambio de perspectiva tan necesaria, a lo largo de los últimos meses hemos debatido internamente sobre los agentes necesarios para posibilitar la innovación social y su implementación efectiva. Consideramos que el escenario actual y las perspectivas de futuro que se abren con el nuevo programa macro, pero también con los cambios políticos a nivel Europeo y nacional hacen necesaria una colaboración más estrecha con los agentes privados en el campo del asociacionismo y la filantropía. Por ello, actualmente, buscamos las líneas de colaboración más activas con agentes de filantropía y fundaciones, pues pensamos que son clave, cruciales, para asegurar la sostenibilidad a lo largo del tiempo de proyectos de I+D+i previamente financiados en convocatorias públicas.
Durante septiembre, octubre y noviembre han dado comienzo varios de estos proyectos, en ámbitos muy diversos, pero todos socialmente relevantes: desde la detección y prevención de la violencia de género en edad escolar – como es el caso de TOOL4GENDER, liderado por la asociación GINSO (Asociación para la gestión de la integración social) – hasta el desarrollo de programas de formación a nivel Universitario para personas con discapacidad intelectual con el fin de fomentar la inclusión laboral – a través del proyecto U4INCLUSION que coordina la UMH (Universidad Miguel Hernández de Elche). Mientras, continuamos trabajando en FORDYS-VAR (Erasmus+ sobre realidad virtual y aumentada para alumnado con dislexia), BOTSTEM (otro Erasmus+, midiendo el impacto social de la educación integrada en STEM desde 4 a 8 años), MatchUP (H2020, altamente relevante en participación ciudadana y democratización de las Smart cities) o EFFICHRONIC (un III Health Programme, iniciando una ronda de entrevistas sobre muestreo y reclutamiento de usuarios vulnerables de los servicios de salud, ya en su recta final), entre otros .
Además, también ha comenzado el proyecto ECOVIO (Rights, Equality and Citizenship Programme), en el que colaboramos como consultora externa, centrado en violencia de género económica; se ha consolidado el proyecto COMSALUD liderado desde Kveloce y financiado por la AVI, en comunicación clínica y empoderamiento de grupos en situación de vulnerabilidad y de exclusión social con enfermedades crónicas de alta prevalencia, y nuevos proyectos de enorme repercusión en salud y sociedad llegarán en Diciembre.